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Ros de Olano Antonio José Teodoro Ros de Olano y Perpiñá (Caracas, 9 de diciembre de 1808 - Madrid, 24 de julio de 1886



Antonio Ros de Olano nació el 9 de diciembre de 1808 en Caracas. Hijo de Lorenzo de Ros, último Capitán General de Venezuela y de doña Mariana de Olano. El padre era un militar catalán que se encontraba destinado en América Latina cuando aún no se había producido el proceso descolonizador. En 1811 Venezuela proclamó su independencia, lo que obligó a la familia Ros de Olano a dejar aquellas tierras e instalarse en el domicilio paterno, una finca del Bajo Ampurdán llamada Las Olivas. Allí, en plena infancia, nuestro protagonista comienza a practicar la caza. Está afición sería la causa principal por la que años más tarde compraría una extensa finca en Balsicas.
Siendo todavía un niño recibe el duro golpe de la muerte de sus padres. Inicia su educación en Barcelona donde comienza a mostrar interés por la literatura. A los 17 años se traslada a Madrid para recibir educación militar

Personal

Militar

Participó en la Primera Guerra Carlista a las órdenes del General Mina. Del partido Moderado, contribuyó a la caída de Espartero en 1843.  Le nombraron General en 1844.
 

Fue amigo del General Leopoldo O'Donnell (líder del partido Union Liberal), e intervino en las revueltas de 1854 y 1856.
Participó en la Guerra de Marruecos de 1859-60 como general al mando del Tercer Cuerpo, destacándose en la acción de Guad-el-Jelú Su valor en el campo de batalla fue recompensado por la Reina Isabel II de quien recibió los títulos de Conde de la Almina, el título de Marqués de Guad-el-Jelú, título éste con Grandeza de España de Primera Clase y Vizconde de Ros.
Tomó parte en las Revoluciones de 1854, 1856 y 1868 (tras la que se produjo el destronamiento de Isabel II). Partidario de la Revolución de 1868 (La Gloriosa), aunque luego aceptó la Restauración siguiendo a su jefe político Sagasta.

Política

La vinculación de Ros de Olano con la política se inicia gracias a Ramón María Narváez, con quien trabó una gran amistad durante el desarrollo de la Primera Guerra Carlista. En 1843 es elegido diputado por Murcia y poco después, senador. Los discursos de Ros de Olano en la cámara se hicieron muy populares, hasta el punto de que está considerado como uno de los oradores más brillantes de su tiempo.
Durante su carrera política fue Ministro de Comercio, Instrucción y Obras Públicas, diputado por Málaga, Murcia y Gerona y senador vitalicio desde 1877. Además, ocupó el cargo de Jefe Superior Político de Murcia y fue uno de los fundadores de la Unión Liberal el partido político liderado por Leopoldo O' Donnell que gobernaría por primera vez en 1856 y que lo haría después entre 1858 y 1863.
Durante su breve estancia como ministro, Ros de Olano tuvo tiempo de elaborar un proyecto para el desarrollo de la enseñanza primaria en España, que en esta época se caracterizaba por su precariedad. Aunque los avances para mejorar la escuela pública fueron muy lentos por la falta de medios, Ros de Olano se comprometió con esta causa durante toda su vida. Sus propuestas en el Senado contribuyeron a esa lenta mejora de la enseñanza.
Durante el Sexenio Democrático (1868-1874), el Vizconde de Ros se apartó de la política, a la que regresaría en 1877 cuando, por Real Decreto, fue nombrado Senador Vitalicio, cargo que juró el 22 de mayo de ese año.

Literatura

Contribuyó al esplendor literario del movimiento romántico.
Como escritor cultivó la prosa y el verso. Publicó sonetos, comedias, poesías, hazañas militares, cuentos, etc. Menéndez Pelayo consideró a Antonio Ros de Olano como precursor de los simbolistas y de los decadentistas. También dejó en numerosas revistas numerosos cuentos, a los que dio el título general de Cuentos estrambóticos, que se insertan en el género fantástico. En ellos y en su obra se aprecian vínculos con las de Quevedo, Valle Inclán, Edgar Allan Poe y Hoffman al crear una literatura dolorosa, en la que todas las sensaciones se agudizan, con un lenguaje difícil, personalista, lleno de giros e imágenes desconcertantes.
Fue íntimo amigo de Espronceda y otros románticos. Su gran amigo, José de Espronceda, le dedicó la obra El diablo mundo en la que escribió el prólogo, calificado por Marcelino Menéndez Pelayo de "mistagógico y apocalíptico", pero que le dio mucha fama por su encendido romanticismo.
Colaboró con Espronceda en la comedia Ni el tío ni el sobrino, que luego repudió. Recogió su creación poética en Poesías (1886), que revelan influencia de Espronceda y Enrique Gil y Carrasco. La estrecha colaboración entre ambos les lleva a fundar una revista cultural titulada El Pensamiento. Son truculentas algunas veces, como en "El pensado" y otras íntimas, como en "Cinco sonetos" y "En la soledad". Compuso también unas Leyendas de África (1863) y Episodios militares (1884). Contribuyó a la narrativa con dos relatos, El diablo las carga (1840) y El doctor Lanuela (1863), que desde Juan Valera y Menéndez Pelayo han sido tachados de extravagantes e incomprensibles, a pesar de algunos momentos brillantes y lúcidos.
Frecuentó El Parnasillo (tertulia del Café del Principe en Madrid) siendo parte de la llamada Partida del Trueno, y luego el Ateneo de Madrid y el Liceo.

Matrimonio y Descendencia

En septiembre 1842 contrajo matrimonio con María del Carmen Quintana y Romo, una conquense hija de un oficial de la Guerra de la Independencia, Don Felix Quintana y sobrina del cardenal Romo (Primado de España), con quien tuvo tres hijos: Gonzalo fallecido a los 27 años, Maria Antonia (Dama de compañía de la Reina Maria Victoria) e Isabel. La esposa de Ros de Olano falleció a los 40 años. En 1861, el General contrajo segundas nupcias con Isabel Sarthou y Calvo, con quien tuvo una hija, Isabel Constanza.
Su salud se vio mermada en muchas ocasiones tanto por las heridas de guerra como por las enfermedades (cólera, pulmonía…) En julio de 1886 cayó enfermo. Se le había diagnosticado un tumor cerebral. El día 21 de ese mes se le administró la extremaunción. Tres días más tarde falleció en su casa de Madrid y recibió cristiana sepultura en el cementerio de San Justo.

Curiosidades

Fue inventor del cubrecabezas que tomó su nombre, el ros. Su primer apellido ha dado nombre a un gorro militar inventado por el propio General y que fue empleado durante unos ochenta años por el ejército español. Siendo Director General de Infantería ordenó su implantación en el año 1855. De este modo, la palabra Ros aparece en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.
La lista de amigos ilustres de Antonio Ros de Olano es interminable. Entre ellos podemos citar a la Reina Isabel II, la regente María Cristina, los Presidentes del Gobierno Ramón María Narváez y Leopoldo O`Donnell y los escritores José de Espronceda y Fernán Caballero.
Aparece como protagonista en varios capítulos de “Los Episodios Nacionales” de Benito Pérez Galdós.

 

El Conde y Balsicas

La historia de Antonio Ros de Olano también está vinculada a la provincia de Murcia y muy especialmente a la población de Balsicas, en la que residió durante largas temporadas buscando los necesarios momentos de tranquilidad en una vida de sobresaltos.
El primer contacto de Antonio Ros de Olano con la provincia de Murcia se produjo en 1841, año en que fue destinado como Teniente Coronel Mayor de Infantería en Cartagena. Al margen de los asuntos militares, Ros llevó a cabo una gran actividad como negociante industrial, especialmente en el mundo de la minería.

Pese a su agitada vida laboral y social, Ros de Olano no descuidó sus intereses en Murcia a donde acudía de vez en cuando a practicar la caza. En uno de estos viajes le informan de que las tierras adquiridas apenas pueden cultivarse por la falta de agua, por lo que el 22 de marzo de 1855 remite un expediente a la Diputación Provincial de Murcia para que realice prospecciones con el fin de encontrar aguas subterráneas.
Ros de Olano tuvo una importancia decisiva para que en el pueblo de Balsicas se construyera una estación de tren.
A mediados del siglo XIX comienza la expansión del ferrocarril por toda España. En 1856 se constituyó la compañía de ferrocarriles MZA que se encargó de construir en 1862 la línea férrea entre Madrid y Alicante, que tenía un ramal que iba desde Chinchilla a Cartagena. Ros de Olano, accionista de esta compañía, y amigo personal de José de Salamanca, el propietario, realizó las gestiones oportunas para la construcción de una estación de ferrocarril junto a sus posesiones de Balsicas, a unos quinientos metros de su hacienda.

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